Album ilustrado de la Reproducción Sexual y Asexual.

La reproducción sexual se da en todos los metazoos. Cada individuo posee unos órganos especiales, llamados gónadas, que producen las células reproductoras o gametos. Hay dos tipos de individuos, los machos y las hembras. Las gónadas de los machos son los testículos, que producen los gametos masculinos o espermatozoides; y las gónadas de las hembras son los ovarios, que producen los gametos femeninos u óvulos. Cuando los machos y las hembras de una especie tienen grandes diferencias morfológicas se dice que la especie tiene dimorfismo sexual






Asexual


La reproducción asexual sólo se da en metazoos sencillos, como esponjas, celentéreos y gusanos. Puede ser por gemación o por escisión. En los celentéreos se da tanto la reproducción sexual como la asexual. Este proceso se denomina reproducción alternante.

En muchos metazoos sencillos la capacidad de regeneración es tan grande que a partir de un fragmento puede formarse un nuevo individuo, como, por ejemplo, en las estrellas de mar. En otros metazoos esta capacidad sólo les permite regenerar un órgano, como, por ejemplo, la cola de las lagartijas, o sólo unas cuantas células, como sucede, por ejemplo, en la cicatrización de las heridas



LA EVOLUCIÓN DE LA REPRODUCCIÓN DE LA 
NATURALEZA

se han descrito brevemente los métodos de reproducción ca­racterísticos de cada filum. En las plantas es mucho más evidente que en los animales, un encadenamiento evolutivo que se extiende des­de formas tales como las algas verdes y bacte­rias, que se reproducen casi exclusivamente en forma asexual, hasta llegar a aquellas formas que poseen ciclos de vida complicados y adap­taciones altamente evolucionadas para asegu­rar la fecundación de la OOSFERA y la supervi­vencia de la cigota hasta que ésta sea capaz de llevar una vida . Algunas de las plantas más inferiores, como los bejines y los hongos en "estante", que no tienen órganos de reproducción especializados, producen millones de esporas para que algunas, por ca­sualidad, caigan en un ambiente favorable para la germinación y la supervivencia de la especie. Las plantas superiores pueden produ­cir sólo unas pocas decenas de semillas por , pero cada semilla tiene excelentes pro­babilidades de transformarse en una planta adulta.